He aprovechado las vacaciones para leer este recomendable ensayo de Guillermo Valcárcel publicado en 2013.La Ola que arrasó España. Ascenso y caída de la Cultura del Ladrillo.
Interesante libro sobre la España de la burbuja inmobiliaria donde el autor, aparejador y jefe de obra durante diez años alterna hechos particulares acaecidos en sus obras u otras que le han referido, con la situación general en esos años del tsunami de la vivienda. Muchos datos y situaciones que hablan de la realidad bestial de este periodo donde todo se vendía sobre plano.Teniendo en cuenta que en 2001 las subidas medias de los pisos fueron del 15%, siete veces el IPC y cada año hasta el 2007 acercándose hasta el 20% anual, pues aún deben bajar muchísimo más.
El libro arranca en la década de 1980 sigue la evolución del sector hasta la actualidad. Y en este recorrido, el autor desgrana sus vivencias, aportando abundante material de primera mano sobre cómo funciona el sector, sobre las personas que viven de él –desde el promotor hasta el peón- y explica de manera muy clara cómo y por qué se gestó la burbuja.
Andalucía es puesto como el paradigma de la burbuja, Valcárcel hizo mucha obra en la zona de Málaga, con abundancia de actividades ilícitas: edificios en parques, edificabilidad a la carta y fagocitación del espacio público, convirtiendo buena parte del litoral en una continuidad de construcciones residenciales. En los 150 kilómetros entre Velez Málaga y Sotogrande no queda una parcela sin edificar.
Aquí una entrevista con el autor:
Respecto al libro, ya me ha ocurrido que cuando digo que el sistema funcionó como una gran estafa piramidal orquestada por la banca y los grandes fondos de inversión, los lectores me dan la razón, pero cuando añado que, como las buenas estafas, se basó en que la moral de estafado resultaba igual de dudosa, y que no habría sido posible sin la connivencia de una sociedad sobornada, me llueven las críticas del tipo “habrás sido tú”. Ambas respuestas me parecen muy ilustrativas..
enero 7, 2014 at 11:03 am
Actuaron como traficantes de drogas. Deslumbrando a la gente con ganancias fáciles, tú también puedes y «el ladrillo nunca pierde valor». La codicia es tan humana que volveremos a caer en burbujas como la de la construcción. A la que siguió cuando los engañabobos del PP lograron una mayoría absoluta sin mérito propio el 20N del 2011, y en términos de papanatismo político, la llamo Burbuja Rajoy.
enero 8, 2014 at 5:24 am
Hola Francisco:
Buen nombre lo de «Burbuja Rajoy».
También hay que decir que cuando Zapatero llegó al poder la burbuja inmobiliaria llegó a su máximo volumen. El gobierno ZP continuaría con la política de Laissez-faire con idénticos resultados: el crecimiento exponencial y la confianza en el mercado para corregir los desfases.