EWING, Jack. El escándalo de Volkswagen. Cómo, cuándo y por qué VW manipuló las emisiones de sus vehículos. Deusto. 2017
Los vehículos diésel emiten menos gases de efecto invernadero respecto a los de gasolina pero diseminan cantidades muchos mayores de los tóxicos óxidos de nitrógeno, así como partículas muy finas. Existen abrumadoras pruebas científicas de que los óxidos de nitrógeno son extraordinariamente dañinos para la salud humana e incluso mortales.
Los vehículos de motor de explosión son la principal fuente del gas “NO” en áreas pobladas. En zonas urbanas de USA las emisiones de los tubos de escape son las causantes de entre el 40 y el 67% de la contaminación por óxidos de nitrógeno.

VW recomendando sus contaminantes coches para el ámbito urbano.
¿Y en Europa que pasa con los óxidos de Nitrógeno?
Europa tiene un problema mucho más grave que USA con los óxidos de nitrógeno, en comparación la contaminación existente en Estados Unidos parece algo trivial.
Casi la mitad de los vehículos que se han vendido en los últimos años en Europa han sido diésel; además Europa está más densamente poblada y urbanizada que USA. Unos 30 millones de europeos están expuestos a cantidades de NO que superan las normativas oficiales.
En Europa además ha existido poco entusiasmo por los híbridos. Los fabricantes europeos. Incluidos VW, ofrecían modelos híbridos pero sin mucho entusiasmo y promocionándolos poco en la publicidad. En el reino del diésel, a aquellos que advertían sobre sus efectos sobre la salud se les consideraba aguafiestas.
Axel Friedrich un funcionario alemán que había trabajo en el equivalente a la EPA en Alemania, era un especialista en control de la contaminación del aire. Friedric, estaba entre aquellos que se dieron cuenta de que los niveles de contaminación en las ciudades alemanas no estaban cayendo, tal y como debía ocurrir debido a las normativas de emisiones más estrictas que tenían que cumplir los automóviles año tras año.
Su agencia descubrió que parte de la respuesta era sencilla: los fabricantes de vehículos hacían trampa.
Para Friedich algo que resultaba especialmente frustrante era la resistencia que los fabricantes ofrecían ante unos límites más estrictos de NO en Europa. Sin embargo BMW, Mercedes y VW vendían coches diesel en USA y conseguían cumplir con la estricta normativa estadounidense. Es decir: conseguían en USA lo que decían que no podían conseguir en Europa.
No solo la normativa de contaminación en USA era más estricta, permitiendo solamente la mitad de emisiones de NO que en Europa sino que también lo era el control de su cumplimiento.
En Europa era raro que se penalizase a los fabricantes por incumplimiento y la legislación europea carecía de documentación detallada. En Europa la normativa era vaga y daba lugar a enormes ambigüedades que los fabricantes explotaban en beneficio propio.
En USA entró en acción la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) preocupada por la falta de calidad del aire en este estado y donde existe un acuerdo bipartidista en favor de un cumplimiento riguroso de la normativa.
En 2014 se publicó el informe que revelaba que el VW Jetta emitía hasta 35 veces más por encima del límite legal de óxidos de nitrógeno. Uno de los equipos de la Universidad de Virginia había detectado en uno de los vehículos VW entre 15 y 35 veces emisiones de NO superiores a lo permitido por ley.
El otro, el Passat, con el sistema basado en usar la urea, entre 5 y 18 veces por encima del límite. El uso de dispositivos de manipulación se convirtió en una práctica habitual en VW y mientras no se descubriese en una ventaja económica.
El depósito de urea que solo entraba en funcionamiento en las pruebas controladas. VW seguía creyendo que los estadounidenses no iban a comprarse un coche en el que tuvieran que rellenar el depósito con un producto químico poco conocido. De manera que los coches estaban programados para racionar las dosis de fluido menos cuando el ordenador que controlaba el motor detectaba las señales reveladoras de que se estaba realizando una prueba oficial.
Tras la rueda de prensa las acciones de VW bajaron un 20%. Muchos de los poseedores de acciones eran fondos de inversión. El valor de los coches VW de segunda bajó un 16% a principios de 2016 con respecto a su valor antes del escándalo.
En USA el acuerdo le costó a VW un máximo de 14.000 millones de euros, de los cuales 10.000 millones estaban destinados a los propietarios. Además VW aceptó pagar 2700 millones de dólares a un fondo que se utilizaría en programas de apoyo destinados a reducir los tóxicos NO en la atmósfera en una cantidad igual o superior a los valores habían emitido en exceso.
Otros países eran más reacios a enfrentarse a VW. En Canadá, los propietarios de VW se quejaron ante la falta de acciones gubernamentales a pesar de que había unos 100.000 vehículos diésel trucados circulando por el país.
Como mayor fabricante de automóviles de Europa VW debe asumir una parte muy importante de la culpa por unos niveles de contaminantes NO sumamente elevados en casi todas las ciudades europeas. Al ser VW la mayor empresa europea de automóviles con diferencia tenía una responsabilidad especial a la hora de dar ejemplo y en su lugar, había quedado a la altura del betún.