Mi columna de radio de hoy trata del nuevo skyline que la Junta de Andalucía quiere imponer en Córdoba, la denominada Torre de Poniente, y del silencio de la parroquia cordobesa ante un cambio tan grande en el futuro de nuestro urbanismo. En Sevilla sin embargo hay mucho movimiento respecto a la Torre CajaSol.
La torre de 16 plantas a la que se trasladarán cinco delegaciones de la Junta rompe el consenso de un urbanismo sostenible que respete lo contemplado en el PGOU de Córdoba, 6 plantas y rasante. Este edificio, que de construirse será el más alto de la ciudad, alcanzaría los 56 metros de altura, uno más que la torre de la Mezquita, el simbólico techo hasta el momento de la capital cordobesa.
¿Por qué se empeña la Junta en imponernos a los ciudadanos un rascacielos en una ciudad que ha conservado un skyline casi uniforme salvo tropelías franquistas?
Mi posición es contraria a este modelo urbanístico, que so pretexto de limitar el consumo de suelo, crear hitos de referencia o ‘traer la modernidad’, no hace sino meter a una ciudad singular como Córdoba en el saco de las ciudades impersonales que lucen edificios clónicos, distribuidos por los grandes estudios de arquitectura.
Hay que remarcar que si millones de personas en todo el mundo sueñan con venir algún día a Córdoba no es para ver las torres que ya tienen en sus anodinas ciudades de origen, sino para encontrar una línea del horizonte abierta y diáfana, en la que la silueta de la Sierra es el hito de referencia.
Desde esta columna hago una oferta a la Junta de Andalucía que en vez de construir esta torre de Poniente recupere la Escuela de Ingenieros Agrónomos(ETSIAM), que es un edificio además protegido, y trasladar allí sus delegaciones, zona que por otra parte carece del tráfico saturado existente en la zona de Arroyo del Moro.
Y me despido animando a los ciudadanos de Córdoba, el proyecto de la Torre de Poniente está en información pública es el momento de que manifesteis vuestra apuesta por un urbanismo sostenible.
octubre 15, 2009 at 12:29 pm
Ocultate debajo de una piedra y deja que la ciudad evolucione
octubre 15, 2009 at 5:33 pm
Por lo visto para algunos la evolución de las ciudades es llenar las plazas de granito, los alrededores de circunvalaciones y autovías y lo que queda del suelo y aire de alquitrán, hormigón y cemento y CO2 y con subsuelos lleno de aparcamiento para coches. Para algunos la evolución de las ciudades va unida a que cada ciudadano tenga vivienda en Córdoba, parcela y casa en la sierra y apartamento en la playa. Sin hablar de las piscinas, todo-terrenos y un sinfín de teóricas «comodidades» que lo que hace es ahogar al «Homo Evolucionado» en un consumo sin sentido, facturas y llenar la geografía incluyendo costas y parajes naturales de más cemento, hormigón y alquitrán.
Bueno eso es una opinión sobre evolución y bienestar.
Hace tiempo que se observó que la felicidad no está en tener sino en ser. ¿En que sentido va el modelo económico actual?
Estar en contra de este modelo de crecimiento no es estar en contra de todo, es sencillamente SER racional.
A los que tu llamas anti-todo hacen muchas propuestas constructivas, pero en un sentido diametralmente opuesto.
octubre 31, 2009 at 9:01 am
[…] otra entrada ya definí mi postura sobre la Torre de Poniente. […]
noviembre 12, 2009 at 7:00 am
[…] que quieran más información sobre este proyecto pueden leer aquí. […]